En la provincia de Ávila ya había sido capturado en el embalse de Rosarito y, aguas arriba del mismo, en el río Tiétar. Pero ahora, sorprendente y negativamente, aparece a los píes de la ciudad amurallada en el rio Chico.
El río Chico, también llamado río Grajal o Sequillo, es un afluente del río Adaja que en los últimos años se ha convertido en el paradigma de la conservación de especies autóctonas, gracias a las diferentes actuaciones llevadas a cabo por las autoridades competentes. Los precios de las licencias de pesca se han disparado, así como los de los cotos de salmónidos y cíprínidos, pero los abulenses, tras el correspondiente apretón en el cinturón, ahora podemos disfrutar de la pesca sin desplazarnos mucho, ya que, desde la cercana localidad de Tornadizos y hasta su desembocadura en el Adaja, ya en la ciudad de Ávila, en el río Chico abundan las truchas, barbos, bermejuelas y cachos.
En el último tramo del río, debido a su paso por la capital abulense y el encauzamiento del mismo para evitar inundaciones, el agua se remansa, circunstancia que ha favorecido la aparición de carpas y carpines, especies que, aunque no son autóctonas, no suponen ningún peligro para el resto de los habitantes del río. Es en esta zona dónde esta mañana nos hemos llevado la desagradable sorpresa de observar por primera vez a este invasor centroeuropeo...
...mientras dábamos un paseo para comprobar el nivel del río tras la lluvia de la pasada Nochebuena y la nevada del día de Navidad, nos encontramos con nuestro amigo Marcelino Centeno que, como de costumbre, aprovecha cualquier momento para disfrutar de una jornada de pesca, y había capturado este ejemplar de casi 75 cm. y, según sus cálculos, de unos 32 kg.
Esperemos que este depredador no termine con los habitantes del nuevo y recuperado río Chico y así podamos seguir disfrutando de una de nuestras aficiones deportivas, siempre respetando el "captura y suelta", a las puertas de nuestra casa.
El río Chico, también llamado río Grajal o Sequillo, es un afluente del río Adaja que en los últimos años se ha convertido en el paradigma de la conservación de especies autóctonas, gracias a las diferentes actuaciones llevadas a cabo por las autoridades competentes. Los precios de las licencias de pesca se han disparado, así como los de los cotos de salmónidos y cíprínidos, pero los abulenses, tras el correspondiente apretón en el cinturón, ahora podemos disfrutar de la pesca sin desplazarnos mucho, ya que, desde la cercana localidad de Tornadizos y hasta su desembocadura en el Adaja, ya en la ciudad de Ávila, en el río Chico abundan las truchas, barbos, bermejuelas y cachos.
En el último tramo del río, debido a su paso por la capital abulense y el encauzamiento del mismo para evitar inundaciones, el agua se remansa, circunstancia que ha favorecido la aparición de carpas y carpines, especies que, aunque no son autóctonas, no suponen ningún peligro para el resto de los habitantes del río. Es en esta zona dónde esta mañana nos hemos llevado la desagradable sorpresa de observar por primera vez a este invasor centroeuropeo...
...mientras dábamos un paseo para comprobar el nivel del río tras la lluvia de la pasada Nochebuena y la nevada del día de Navidad, nos encontramos con nuestro amigo Marcelino Centeno que, como de costumbre, aprovecha cualquier momento para disfrutar de una jornada de pesca, y había capturado este ejemplar de casi 75 cm. y, según sus cálculos, de unos 32 kg.
Esperemos que este depredador no termine con los habitantes del nuevo y recuperado río Chico y así podamos seguir disfrutando de una de nuestras aficiones deportivas, siempre respetando el "captura y suelta", a las puertas de nuestra casa.