Primer viernes de las vacaciones de verano y, encontrándose ambos disponibles, Hernan y Varo deciden dar una vueltecita en bicicleta que, sorprendentemente, les lleva hasta el lugar habitual de pesca. (Bueno, digo yo que si llevaban las cañas por algo sería, je je).
Día magnífico, poco viento, alguna pequeña nubecilla, muchos pescadores por la zona y algún perro ladrador...
... nada más iniciar la acción de pesca se produce la anécdota de la jornada, una pequeña explosión seguida de un constante silbidito certifica un pinchazo-reventón en una de las ruedas de la bici de Varo.
Las picadas son constantes así que la reparación del pinchazo quedará para después, centrándose en los montajes de las cañas y en intentar conseguir alguna captura. Justo cuando terminaban una reparación en la caña de Hernan, se produce la primera (y, a la postre, única) captura del día: Varo consigue un calandino...
... que, tras posar, vuelve al agua de inmediato.
Las picadas son continuas en los montajes de veleta, aunque se puede comprobar que son todos pececillos y ninguno "decide" clavarse en los anzuelos. El montaje de fondo de Varo no da señales de actividad.
Llega el final de la jornada, Varo ha olvidado los repuestos de la bicicleta (¡cabecita!) así que, tras dejar todo en orden, paseito de vuelta a casa.
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